Ciberpunk se trata de un subgénero de la ciencia ficción, conocido por su enfoque en un futuro distópico con alta tecnología y bajo nivel de vida y toma su nombre de la combinación de cibernética y punk. Mezcla ciencia avanzada, como la informática y la cibernética junto con algún grado de desintegración o cambio radical en el orden social.
El argumento de la trama del género ciberpunk se centra a menudo en un conflicto entre hackers, inteligencias artificiales
y megacorporaciones localizados en un futuro cercano del planeta
Tierra, en oposición del futuro lejano o panorama de encuentros
galácticos en novelas como Fundación de Isaac Asimov o Dune de Frank Herbert. Las visiones de este futuro suelen ser distopías
post-industriales, pero están normalmente marcadas por un fomento
cultural extraordinario y el uso de tecnologías en ámbitos nunca
anticipados por sus creadores ("la calle encuentra sus propias
aplicaciones para las cosas"). La atmósfera del género en su mayoría
hace eco en el cine negro
y se utiliza a menudo en este género técnicas de novelas policíacas.
Entre los primeros exponentes del género ciberpunk se encuentran William Gibson, Bruce Sterling, Pat Cadigan, Rudy Rucker y John Shirley. El término ciberpunk se acuñó en los años 1980 y continúa en uso.
El ciberpunk es también un movimiento contracultural. Como tal, tiene
su origen en una tradición libertaria y una profunda desconfianza en el
uso de las nuevas tecnologías que, si bien pueden proporcionar mayores
niveles de comodidad y progreso, también pueden alienar al individuo y
ayudar a controlarlo.
Del mismo modo que la fuerza estética del ciberpunk ha influido en
otros géneros más allá de la ciencia ficción, la fuerza de sus futuros,
claramente distópicos, ha influido en la sociedad modificando nuestro
punto de vista acerca de las nuevas tecnologías. Así, siendo una de las
funciones de la ciencia ficción alertar a la sociedad de los peligros de
sus actitudes y de sus creaciones, el ciberpunk ha sido uno de los
movimientos más exitosos dentro del género.
Sin embargo, el ciberpunk no es un movimiento reaccionario. No se
posiciona contra la tecnología, sino contra determinados usos de la
misma. Así, del mismo modo que los poderosos se valen de la tecnología
para mantener su control sobre las masas, cualquier acción en contra de
ellos deberá también contar con el uso de tecnologías sofisticadas.
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